
Desde los inicios de la ACLA una de nuestras líneas de trabajo ha sido la arquitectura en piedra seca: la protección de este patrimonio etnológico y cultural, promover su conservación y valoración social, ha sido una de nuestras preocupaciones.
Desde nuestra perspectiva, lo primero que era preciso hacer era conocer qué construcciones tenemos y en qué estado de conservación se encuentran, como un paso previo a la elaboración de estrategias de conservación y divulgación. Fruto de esta línea de trabajo fueron las fichas de catalogación de casetas, refugios, sietes, caleras y ventisqueros, recopiladas en los libros editados por el Ayuntamiento de Alcublas "La piedra de Alcublas" y "Estudio de la arquitectura del agua y de la arquitectura rural en Alcublas".
También fruto de esta preocupación fue el diseño del Sendero de los Oficios Tradicionales, con las sendas de las Caleras y de la Nieve, o las actuaciones en varias caleras, como la del Codadillo, la del Corral de los Tiesos (junto a la senda de la nieve), o la de la balsa Silvestre I.
Sin embargo, a pesar de todos nuestros esfuerzos, la localidad, el Ayuntamiento, sigue sin elaborar una estrategia de conservación de este patrimonio, hecho que está permitiendo que algunas casetas y corrales de ganado estén deteriorándose y, en muchos casos derrumbándose, sin que se haga nada por evitarlo. Sería preciso elaborar un Plan de Conservación de Piedra Seca en Alcublas, con medidas de protección basadas en ayudas municipales y exenciones fiscales, establecimiento de una normativa local para la reconstrucción de elementos en piedra seca, y elaboración de un catálogo de elementos a proteger y conservar, con una estrategia de intervención y un calendario de trabajos definidos.
Mientras esto llega, si es que llega algún día, porque la sensibilidad de nuestros gobernantes con estos temas suele ser muy pequeña cuando no inexistente, debemos confiar en la buena voluntad de algunas personas y en su sensibilidad, para que se conserven algunas construcciones.
Hace ya tiempo que catalogamos un refugio de piedra en las proximidades de la Balsilla que, por sus características, se trata de una construcción única en nuestro término municipal: es un refugio hecho en un margen de un bancal que para su construcción utiliza la mucha piedra sacada del bancal para permitir su cultivo, ocupa una esquina del campo y forma un "siete" con la pared del mismo, y su cubierta está realizada, como la de otros refugios, por aproximación de piedras. Lo que lo hace diferente es el tamaño de su interior, ya que habitualmente se trata de refugios para una o dos personas y en este pueden caber 6 ó 7.
Pues bien, este refugio había recibido un golpe con un tractor en una esquina y habían caido bastantes piedras, amenazando con derrumbarse la cubierta. Contactamos con el propietario del refugio y tras comentarle el asunto le pedimos permiso para repararlo, algo a lo que accedió. El siguiente paso fue apuntalar la esquina dañada y contactar con un paredero de Alcublas que nos ayudara en la reconstrucción de lo derruido. Rafael Caudet Marz, con toda una vida de construir paredes de piedra a sus espaldas, accedió encantado a colaborar con nosotros en reconstruirlo y a enseñarnos de paso los secretos de su trabajo con la piedra.
El día 13 de agosto fue la fecha escogida y bien temprano, ya que Rafael nos dijo que con el calor lo mejor era "almorzar bajo teja", nos pusimos en marcha hacia la Balsilla.
El refugio con dos hileras de piedras apuntalando la pared, a la izquierda.
Las piedras caidas las habían ido tirando dentro para que no estorbasen.
Interior de la cubierta, realizada por aproximación de piedras.
Lo primero fue sanear todo lo que estaba apuntalado, preparar la base de la pared
y seleccionar las piedras adecuadas para comenzar.
Rafael en pleno trabajo con la maza.
Se hace difícil describir cómo se desarrolló la sesión de trabajo: fue todo un lujo poder ver a Rafael trabajar y al mismo explicarnos cómo se hacía cada tarea, y sobretodo fue una gozada ver su entusiasmo y vitalidad trabajando, que cinco personas no dábamos casi abasto a facilitarle el material para reconstruir el refugio.
Detalles de trabajos en el interior.
El equipo de trabajo, satisfecho tras acabar la reconstrucción: Rafael, Roser, Luis, Enrique, Serafín, José Luis y, aunque no se le ve, nuestro fotógrafo Julio.
Al final todo salió a pedir de boca y nos fuimos a "almorzar bajo teja", no sin antes acordar que pronto haríamos una nueva sesión de trabajo. esta vez en una calera, para así, al mismo tiempo que recuperamos nuestro patrimonio, acercar a la gente interesada un oficio tan nuestro como es el de paredero.
Desde aquí transmitir a Rafael nuestro agradecimiento por su trabajo y por su colaboración con ACLA.
José L. Alcaide